Las válvulas de drenaje motorizadas eléctricas se convierten en accesorios indispensables para el correcto funcionamiento de los supresores de hollín, especialmente en los casos en que no existe la posibilidad, comodidad o seguridad de que la máquina se descargue todos los días.
Además, las electroválvulas de descarga motorizadas se vuelven imprescindibles incluso cuando los supresores de hollín trabajan en condiciones de excesiva producción de micropartículas y/o cuando el trabajo debe ser continuo las 24 horas (como por ejemplo en calderas de biomasa).
Las válvulas están construidas en acero inoxidable y de excelente mano de obra, con potentes motores para trabajar incluso en condiciones duras.